Para el beneficio de la comunidad Organopónico Carlos Lanz produce alimentos de manera orgánica
(Caracas, 07-06-2022.- Prensa Ciara).- La cuarentena originada por la pandemia por la Covid-19 y las dificultades económicas en Venezuela, producto del bloqueo criminal, no impidieron que como Ave Fénix, el Organopónico Carlos Lanz, ubicado en pleno centro de Caracas, resurgiera de sus cenizas y se incorporara nuevamente a la producción de alimentos a pequeña escala, y con apoyo de la Fundación de Capacitación e Innovación para Apoyar la Revolución Agraria (Ciara), institución adscrita al Ministerio del Poder Popular de Agricultura Urbana (Minppau).
Se trata de un espacio de 750 metros cuadrados aproximadamente, situado en la terraza del piso 3 del edificio Gradillas, justo al lado de la plaza Bolívar, sede del semanario Ciudad Caracas y la revista Épale Caracas, adscritas a la Fundación para la Comunicación Popular Caracas, de la Alcaldía del Municipio Bolivariano Libertador de Caracas.
Una historia de resistencia
Todo comenzó en 2018 cuando las sanciones económicas extranjeras dificultaron el acceso al papel y la consiguiente impresión del periódico que por entonces era diario. Nebrasca Urquiola, trabajadora de la Fundación para la Comunicación Popular Caracas, ideó un plan para que los 20 pregoneros, que distribuían el periódico gratuito a las afueras de las estaciones del Metro de Caracas, no se quedaran sin trabajo. Se comunicó con la Fundación Ciara, a fin de iniciar unos cursos de capacitación, y a mediados de ese mismo año, Yenny Manzanilla, especialista en Desarrollo Agropecuario de la Dirección de Agricultura Familiar de Ciara, arrancó con las modalidades de formación y organización, en el espacio.
Cuenta la propia Yenny que, el 17 de junio de 2018, se efectuó el primer encuentro y seguidamente activó los encuentros didácticos. “Empezamos primero con el plan de iniciación a la Agricultura Urbana, de qué se trata, cómo se desarrolla, cuáles son las modalidades que se usan en los espacios de la Gran Caracas, las especies a sembrar, etcétera” señala.
La siguiente semana, se desarrolló el taller de elaboración de mesas organopónicas y comenzó la adecuación del lugar. Se les asignó a los antiguos pregoneros la búsqueda de paletas de madera, plásticos y clavos, ya que la situación económica del país dificultaba las donaciones.
Adicionalmente, la señora Petra Millán, quien cuenta con una Unidad de Producción Agrícola en Antímano y ha recibido aportes de la Gran Misión AgroVenezuela, donó algunas mesas organopónicas y Ciara ofreció otro taller, esta vez, de cortes de cauchos para establecer siembras.
“Así estuvimos -cuenta Yenny- un buen tiempo, elaborando, buscando arrimes donde conseguir sustrato y tierra, los muchachos se sumaron a esa labor y cuando tuvimos todos los insumos avanzamos. Se llegaron a construir unas 60 mesas, se cortaron cauchos y comenzamos a sembrar melón, parchita, lechuga, acelgas, cilantro, cebollín, ajo chino, espinaca, pimentón, pepino, tomate, todo tipo de hortalizas y esa producción era para el comedor de la Fundación para la Comunicación Popular Caracas, que queda en el mismo edificio de Gradillas”.
La pandemia por la Covid-19 obligó a parar
La pandemia por la Covid-19 y la orden presidencial de cuarentena nacional, que instó a todos los venezolanos y venezolanas a permanecer cobijados en sus hogares, para evitar el contagio, obligó a los compañeros a abandonar el espacio, el cual poco a poco se fue deteriorando.
Al quedar desatendido, el Organopónico Carlos Lanz, fue ocupado por el Movimiento Tercer Planeta, quienes desarrollaron en el espacio siembra de plantas ornamentales para la venta y beneficio de su peculio, y el uso de la terraza para talleres de circo, tai chi, yoga, desconociendo la vocación prevista en el proyecto inicial. Con una nueva directiva, la Fundación para la Comunicación Popular Caracas decidió a finales de 2021 retomar la siembra urbana.
Con nuevo aliento
De los veinte trabajadores iniciales hoy quedan cuatro: la señora Petronila (Petra) Millán, Freddy Castillo, José Moreno y Carolina Vásquez, quienes desempeñan su labor agrícola sobre 24 metros cuadrados de espacio activo, entre cauchos y mesas organopónicas.
Siembran lechuga, acelga, espinaca, cebollín, ajo chino, malojillo, albahaca, hay algunas plantas ornamentales y frutales en porrones, además de que se habilitó un semillero de cilantro y cebollín. Durante cuatro miércoles consecutivos han cosechado cilantro, espinaca, lechuga, acelgas y cebollín.
El Organopónico Carlos Lanz es ejemplo de que la siembra está en manos de todos, y que es posible siempre, con la bendición de la naturaleza, el empeño comunitario y la vocación socialista del Gobierno Bolivariano, que mantiene su apoyo logístico y educativo, en el tramado urbano que también necesita producir el alimento de la población.
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